Lo que marcó el debate presidencial de ayer, mucho más que las propuestas de gobierno, fueron las frases certeras, que a veces eran simplemente puyas, de unos y otros candidatos presidenciales, quienes este 10 de abril “pelearán” por la Presidencia de la República.
«A mí la política no me pagó la educación como a otros. (…) Quiero un país sin corrupción, sin pobreza, donde se respeten los derechos humanos”, dijo por ejemplo el candidato por Progresando Perú, Miguel Hilario, en clara alusión a la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Tras lamentar estos ataques, esta se comprometió a “no emplear el poder político para beneficiar a ningún miembro de mi familia, a entregar a la oposición las comisiones del Congreso de Inteligencia y Fiscalización, (…) a reparar a las víctimas de violencia y a las mujeres afectadas por el programa de salud reproductiva».
En tanto, Alejandro Toledo (Perú Posible) recordó los logros de su gobierno y, a una pregunta de Verónika Mendoza, respondió que con Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos Por el Kambio) ha “tenido discrepancias que no puedo ventilar, soy respetuoso”.
Kuczynski, en tanto, sostuvo que “El gas de Camisea se gestó al final del gobierno de Alberto Fujimori”. A su turno, Ántero Flores Aráoz (Orden), sostuvo que “las empresas con anticuchos no podrán ser postores en los concursos”.
La dupla Alfredo Barnechea (Acción Popular) y Gregorio Santos (Democracia Directa) tuvo también sus discrepancias. El primero le reprochó al segundo por “paralizar la minería”, a lo que este respondió, en cuanto al gas de Camisea: “Es respetable la propuesta de renegociar el gas. Con esta Constitución del 93 es una ilusión”.
Pero quienes arrasaron, por lo menos en ataques, fueron Fernando Olivera (Frente Esperanza) y Alan García (Alianza Popular). Olivera le dijo a Alan: «Yo vengo aquí a notificarle que el 28 de julio usted no podrá fugarse del país», a lo que el líder del Apra respondió: “No recojo ofensas, mucho menos de alguien que ha sido capaz de llevar cartas falsificadas al ante el Papa para calumniar al cardenal Cirpiani”.
fuente : los andes
