
Cuna ancestral del altiplano y capital de la provincia de El Collao
El distrito de Ilave es uno de los cinco que conforman la provincia de El Collao, en el departamento de Puno, al sur del Perú. Está situado a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Puno, a una altitud de 3,850 m s. n. m., en la meseta del Collao, una vasta planicie andina del altiplano sudamericano.
Ilave es la capital provincial de El Collao, creada oficialmente en 1991, aunque su historia se remonta a tiempos milenarios, según los vestigios arqueológicos hallados en diferentes sectores de su territorio, hoy convertidos en atractivos turísticos de gran valor cultural.
Entre sus principales sitios destacan la Ciudad Encantada de Ilave, ubicada al suroeste del casco urbano, y los templos coloniales de San Miguel y Santa Bárbara, reconocidos por sus retablos tallados en pan de oro y obras de arte religioso que reflejan la influencia hispana en los Andes.
ÉPOCA PRECOLONIAL
Los estudios realizados por el Instituto Nacional de Cultura (INC) en la zona de Ilave han permitido identificar asentamientos humanos pertenecientes al periodo Lítico (aprox. 5,500 a. C.), especialmente en la cuenca alta del río Ilave.
Durante el Periodo Formativo, la población se desplazó hacia zonas más próximas al lago Titicaca, mientras que en épocas posteriores se evidencia una fuerte influencia de la cultura Tiahuanaco, cuyos restos son abundantes en el área urbana. En la zona es frecuente hallar cistas, estructuras líticas y restos arqueológicos que reflejan la presencia continua de esta gran civilización andina.
ÉPOCA DE LA CONQUISTA
Para el año 1563, Ilave ya era reconocido como un pueblo, según documentos históricos y referencias de cronistas. Existía entonces una doctrina religiosa a cargo de la orden de los dominicos, quienes promovieron la construcción del templo de San Miguel.
El cronista Pedro Cieza de León menciona en su obra que Ilave estaba habitado por los señores Cari y Yamalla, y formaba parte de los pueblos principales junto a Juli, Chilave, Acos, Pomata y Zepita. También describe la riqueza ganadera y agrícola de la zona, así como la labor evangelizadora del padre Tomás de San Martín, fundador de varios templos en la región.
ÉPOCA COLONIAL
Durante el periodo colonial, los frailes dominicos fueron los primeros en ocupar el núcleo urbano de Ilave, construyendo 18 conventos o iglesias en la región, entre ellas las de Ilave, Juli y Copacabana.
Originalmente, la población se asentó en el lugar conocido como Kunkanqullu, para luego trasladarse a las orillas del río Ilave.
Administrativamente, Ilave dependía del corregimiento de Chucuito, cuya capital albergaba las Cajas Reales. Posteriormente, la zona pasó a depender del Virreinato del Río de la Plata (Buenos Aires) hasta 1796, año en que retornó al Virreinato del Perú.
A fines del siglo XVIII, la región fue reorganizada políticamente en partidos, que comprendían diversos centros poblados, consolidando la importancia administrativa de Ilave.
ÉPOCA REPUBLICANA
Durante la etapa republicana, Ilave experimentó un crecimiento urbano progresivo, consolidando su estructura actual.
El distrito de Ilave fue creado en los primeros años de la independencia, y el Decreto Supremo del 2 de mayo de 1854 reorganizó su pertenencia dentro de la provincia de Chucuito.
Más adelante, la Ley N.º 81 del 30 de septiembre de 1905 elevó a Ilave a la categoría de Villa, junto con el pueblo de Yunguyo.
Posteriormente, gracias a las gestiones del doctor Enrique Gallegos, diputado por Puno e ilaveño distinguido, la localidad fue elevada a la categoría de Ciudad mediante la Ley N.º 11830, promulgada el 28 de noviembre de 1950 durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría.
Finalmente, mediante la Ley N.º 25361 del 12 de diciembre de 1991, se crea la provincia de El Collao, siendo Ilave su capital oficial, con publicación en el diario El Peruano el 13 de diciembre del mismo año.
Desde entonces, Ilave se ha consolidado como un centro político, cultural y social de la provincia, con una población comprometida en la defensa de sus derechos y el fortalecimiento de su identidad local, participando activamente en la gestión de los gobiernos distritales y provinciales.







