El Binacional de Juan Carlos Aquino cayó ante el Sport Rosario por tres goles a dos y le dijo adiós a la Copa Perú y al sueño de ingresar al fútbol profesional.
Una vez más, Juan Carlos Aquino ve frustrado su deseo de llevar un equipo a la liga mayor del fútbol peruano. Algunos dicen que es su mala suerte, que es «salado»; yo creo que Aquino es otro entusiasta empresario de dudosa procedencia que apuesta por el fútbol sin estar bien preparado. Es otra víctima de un tal Muñoz y un grupo de avivatos que esquilman a «ingenuos» como Aquino que gastan y gastan plata sin ton ni son, sin claridad, sin capacidad ni idoneidad para alcanzar el objetivo.
Es gente acostumbrada a vivir de la plata de este tipo de ingenuos, quienes le hacen un daño tremendo al fútbol.
Una pena por Aquino y la poca gente que creyó con sinceridad en su fallido proyecto. Una pena por algunos residentes puneños en Arequipa que apoyaron esa aventura.
Una pena por esos avivatos que ahora se quedan sin «padrino», ya no tendrán quien les pague su ayayerismo sin límites.
Es hora que Juan Carlos Aquino se ponga a trabajar para la tarea y responsabilidad para la cual lo eligieron los juleños. Se acabó el recreo querido «alcalde escolar». – (Jose Carlos Apaza)
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