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LA FIESTA DE AÑO NUEVO ES UNA COSTUMBRE, QUE DATA DE MUCHOS ATRÁS EN ILAVE

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La fiesta de año nuevo en Ilave, eran tres únicos barrios; Alasaya, Santa Bárbara y San Miguel. El uno de enero desde tempranas horas, ya se oía las primeras melodías de los pinquillos (música de los Qawiris o Cahuiris). Ese día, los guías en cada barrio hacían visitas a sus danzantes cuenta el profesor Víctor Monroy Quenta para Radio Excelente, donde hasta ayer 2 de enero del 2023 se pudo apreciar, que los pobladores de esta ciudad mantienen las costumbres, de hacer el recibimiento del año nuevo en Ilave. Ayer participaron, el barrio San Miguel, Santa Bárbara y Centro Cultural Melodías, a los participantes se les vio danzando con mucha alegría.

Aquellos años, los días dos y tres de enero, los conjuntos de los barrios salían a la plaza muy bien trajeados a todo color, las mujeres lucían hermosas monteras y los varones exhibían plumas multicolores de pavo real, atadas en sus banderas, dando movimiento al compás de las melodías tradicionales (imitación del aporque de papas).

Asimismo, el día cuatro de enero, era diferente, se hacían despedidas de esa fiesta, con instrumentos de chaqallo, como es visto el ritmo de la chaqallada, sonaba de otra manera (melodías guerreras), y con mucha holgura los conjuntos bailaban. El acto principal era en la plaza de armas, en sus lugares de costumbre, los barrios se dividían en dos bandos, para hacer una escenificación de lucha, y mostrar la bravura de cada cual; de tal modo, todos los danzarines tenían en sus atados como especie de municiones: frutas, como peras, mangos, membrillos, manzanas, roscas de pan, dulces y etc.  Narra así el profesor cesante Monroy Quenta para Radio Excelente, mencionó que los grupos se arrojaban con fuerza (aparentando estar en una guerra verdadera) y los niños como siempre, estamos metidos en medio de la pendencia, recogiendo las municiones derramadas.

 Al final, los que fueron magullados en la cara se sentían molestos, pero, por costumbre terminaban abrazándose, y así, acababa la fiesta con brindis de licores que les quedaba, como bebidas bolivianas y peruanas, dándose golpes en la espalda con “lujmas” grandes, que tenían en sus “wichi wichis”, deseándose otro similar encuentro en el próximo año venidero, así lo recuerda estas costumbres el profesor Victor Monroy Quenta, como se fuera ayer.